lunes, 3 de septiembre de 2012

DVD con recursos para las bibliotecas escolares

Entre todos los miembros del Seminario de bibliotecas en red de Albacete he distribuido un DVD (edición con fecha de mayo de 2012) con material para facilitar el diseño, desarrollo, gestión, dinamización, fomento y evaluación de las bibliotecas escolares. 
El sacar adelante las bibliotecas escolares es una tarea compleja, que requiere de conocimientos específicos que muchas veces, los maestros, no tenemos. Por ello he intentado reunir en un DVD diversidad de materiales, recursos y orientaciones que he clasificado en las siguientes carpetas:
  1. abies_INSTALACIÓN, DEPÓSITOS, MANUAL DE ALBACETE, HERRAMIENTAS,...
  2. abies_CLASIFICACIÓN DECIMAL UNIVERSAL
  3. be_BIBLIOGRAFÍAS BÁSICAS PARA BIBLIOTECAS ESCOLARES
  4. be_LEGISLACIÓN
  5. be_PLANOS DE BIBLIOTECAS
  6. be_PLEIB_ASESORAMIENTO
  7. be_PLEIB_DINAMIZACIÓN
  8. be_PLEIB_FORMACIÓN DE USUARIOS
  9. be_PLEIB_DOCUMENTOS INSTITUCIONALES
  10. be_PLEIB_PROYECTOS DOCUMENTALES Y COMPETENCIA INFORMACIONAL
  11. be_SEÑALIZACIÓN DE BIBLIOTECAS
Creo que he reunido una selección adecuada de materiales que he elaborado y/o recopilado en estos años gracias a la experiencia personal y la formación adquirida mediante diversidad de agentes, actividades, cursos, webs, etc. Espero que os sean de utilidad y os saquen de algunos "atolladeros".
Poco a poco estoy subiendo una selección de estos recursos a páginas gratuitas como ISSUU, Slideshare y similares pero dicha tarea requiere de tiempo; el DVD agiliza mucho la disponibilidad de dichos recursos.
Personalmente siento no poder ayudaros en estas tareas de fomentar las bibliotecas escolares de vuestros centros como he intentado hacer durante los dos últimos cursos, pero mi nueva realidad laboral y personal complica sobremanera este trato "personalizado". Aún así, estoy a vuestra disposición en la medida de mis posibilidades.
Os agradecería que si alguno estáis utilizando dicho DVD y encontráis fallos en algún archivo, podéis consultarme al respecto u ofrecer sugerencias a través del correo electrónico o dejando un comentario en esta entrada; de esta forma me facilitáis el trabajo de adecuación de dicho recurso y su sucesiva actualización en posteriores re-ediciones.
Igualmente, los que estéis interesados en haceros con una copia del DVD podéis solicitarla al responsable de formación de los Servicios Periféricos de Educación de Albacete, Juan Ándres Selva, o al Jefe de la Sección del Libro, Archivos y Bibliotecas de la citada sede de Albacete, Javier Rosa; gustosamente os la remitirán. Podéis encontrar los datos de contacto aquí.

domingo, 26 de agosto de 2012

Docentes responsables de la biblioteca escolar: profesionales comprometidos con su comunidad educativa. Por Glòria Durban.


Ante el inicio de curso próximo me permito el lujo de traer aquí un artículo publidado en LIBRO ABIERTO por Glòria Durban (@g_durban) por su vigencia y relevancia.

Nuestro presente y horizonte próximo apuesta de forma decidida por establecer la figura del docente responsable de la biblioteca en los centros educativos, trabajando con un equipo interdisciplinar y desarrollando funciones específicas de fomento de la lectura y apoyo curricular.  Porque se precisa ubicar los cimientos de la biblioteca escolar en el verdadero corazón de la escuela constituido por los maestros y profesores que junto a sus alumnos protagonizan la vida de los centros.
Ser o no ser bibliotecario escolar. Esta ya no es la cuestión
El modelo de biblioteca escolar que estamos implementando ya no articula sus acciones bajo el prisma de organizar y dinamizar la biblioteca como institución que se autogestiona y regula conformando un proyecto propio y diferenciado.  Actualmente la administración educativa está impulsando una perspectiva más útil que propone un plan de trabajo y unos ámbitos de actuación que nacen de las funciones que esta tiene encomendada dentro del centro educativo.
La biblioteca escolar no puede situarse en un ámbito periférico ya que si lo hace pierde utilidad. Su futuro está necesariamente vinculado a un anclaje profundo dentro del corazón del sistema escolar. Así lo testifican los ejemplos que podemos apreciar en blogs y webs que relatan el día a día de numerosas actividades protagonizadas por la biblioteca en los centros educativos, o bien la muestra pública y el reconocimiento de buenas prácticas que se presentan regularmente en jornadas y  artículos diversos.
De este modo las labores del responsable de la biblioteca no pueden circunscribirse solo a áreas de gestión y referencia informativa, o a ámbitos de formación de usuarios y dinamización sociocultural que incluyen el fomento de la lectura.  Si la biblioteca ha de estar inserta en la vida de las aulas, los ámbitos de trabajo han de ser múltiples, y han de contemplar necesariamente una dimensión de apoyo curricular.
Porque cuando los maestros toman las llaves de la biblioteca y con ellas asumen simbólicamente su plena responsabilidad, no solo intuyen el poder inmenso de la herramienta educativa que tienen en sus manos, sino que abrazan realmente toda su significación.  Es en ese momento cuando nace en ellos un compromiso profundo con la comunidad a la que pertenecen y actúan apoderados de un entusiasmo y una generosidad admirables.
Responsables y equipos de apoyo: un tándem imprescindible
Desde esta perspectiva las tareas del plan de trabajo de la biblioteca son muchas y diversas pero lo más significativo es que todas ellas son propias de la vida escolar. Por ello hay que incorporar la función del docente responsable de la biblioteca escolar en los documentos de trabajo del centro y de las administraciones educativas, para denominar con una clara e inequívoca identidad docente, un conjunto de tareas que están vinculadas a la enseñanza y que emergen del propio proyecto educativo.
Cabe considerar que la labor coordinada que realiza el docente responsable de la biblioteca escolar y el equipo de apoyo es un trabajo colegiado de gran valor para el centro. Ambos constituyen un tándem dinámico donde la energía que cada miembro aporta con su “pedaleo” diario multiplica el fruto del esfuerzo colectivo. 
A su vez el reconocimiento dentro del claustro de este tipo de autoridad colegiada sitúa a estos docentes en una posición privilegiada. Porque con la existencia del equipo de apoyo las iniciativas y contribuciones de la biblioteca escolar, lideradas por su responsable, pueden impregnarse en todas las áreas y niveles, así como también pueden contrarrestar mejor las resistencias que el propio centro genera.
Así pues esta estrategia organizativa no solo responde a necesidades prácticas por el hecho de que una sola persona no pueda llevar a cabo la diversidad de tareas aquí descritas, sino que resulta relevante porque aporta un valor de innovación a la organización educativa. Ya que hablar de equipos de trabajo es hablar de agentes interdisciplinares que contemplan distintos ámbitos del currículum y distintos niveles de enseñanza.
Se trata de órganos de coordinación que promueven la corresponsabilidad y la acción compartida.  Si la biblioteca escolar es germen de innovación educativa, no lo es por ella misma, sino más bien por los aportes que este sistema organizativo que la caracteriza genera y promueve dentro de la escuela.
Acciones de apoyo curricular: activar procesos de mejora para la enseñanza
La biblioteca como agente interdisciplinar desempeña una importante función de apoyo curricular.  Esta dimensión desarrolla dos importantes ámbitos, el primero dedicado al fomento de la lectura y el segundo al desarrollo de la competencia informacional.
En referencia al fomento de la lectura la biblioteca realiza acciones de apoyo a las actividades de aula y a su vez articula actividades propias para contribuir a  desarrollar la competencia lectora y el gusto por la lectura, promocionar que esta práctica sea libre y autónoma y facilitar de forma general la creación de un ambiente lector de centro.
En relación al desarrollo de la competencia informacional, las acciones de la biblioteca se circunscriben a la realización de trabajos o proyectos de investigación y a la articulación de programas formativos llevados a cabo de forma corresponsable con las áreas.  Todo ello con el objetivo de desarrollar habilidades informacionales pero también incentivar la curiosidad y la creatividad intelectual de nuestro alumnado.
Estas acciones corresponden a los dos pilares del currículo que constituyen la sustancia educativa  de la biblioteca escolar. Pero el plan de trabajo también debe considerar otros dos ámbitos de gran importancia para que la  enseñanza pueda ir avanzando no solo en calidad sino también en equidad. 
Se trata en primer lugar de las acciones de apoyo que la biblioteca realiza en relación a los proyectos de aula o de ciclo, para incentivar la realización de proyectos interdisciplinares y facilitar el uso de metodologías que incluyan procesos de investigación. Y en segundo lugar el apoyo que se proporciona al profesorado en su labor de atención a la diversidad y cuidado de necesidades especificas del alumnado.
Porque la prioridad para la biblioteca escolar es que nuestro alumnado adquiera y desarrolle prácticas lectoras y habilidades intelectuales en el acceso, la comprensión y la elaboración de discursos. La finalidad de la biblioteca escolar no está en ella misma. Así pues la meta que perseguimos no es su propia implementación y esto queda plenamente reflejado en los ámbitos y dimensiones de su plan de trabajo. 
El poder de la biblioteca escolar dentro del proyecto educativo
Lo importante no es llegar a tener biblioteca en el centro y que todo el claustro colabore en su desarrollo. Hay que disponer de biblioteca con todas sus características físicas pero con una finalidad concreta y considerando la corresponsabilidad y el trabajo colegiado. Esta es la estrategia para su implementación que precisa de la elaboración de un plan de trabajo anual así como de acciones específicas de evaluación que permitan detectar los logros y las necesidades de mejora.
Porque lo que realmente hay que priorizar es la atención a la individualidad de nuestros alumnos. La biblioteca escolar al disponer de gran variedad de materiales y recursos, está en disposición de atender e incentivar la diversidad de intereses que los chicos y chicas individualmente presentan, así como establecer itinerarios distintos para acceder de forma guiada al conocimiento de la realidad que les rodea.
Este es el gran poder que la biblioteca escolar posee como herramienta educativa. Está en disposición de permitir a la educación romper con la estandarización y optar por la personalización. Ello significa descubrir los talentos individuales de cada niño y niña, así como colocar a los estudiantes en un entorno en el que quieran aprender y puedan descubrir de forma natural sus verdaderas pasiones (Robinson, 2009).
La biblioteca escolar es pues valiosa para la escuela porque está impregnada del “espíritu de las humanidades”. Su contribución última va mucho más allá del fomento de la lectura y el desarrollo de habilidades informacionales. Conecta íntimamente con dos aspectos que pueden ayudar en la actualidad a transformar la educación. Contribuye a que las humanidades tengan una importante presencia en la enseñanza y a su vez facilita que poco a poco se personalice la educación.
Acciones de intervención social: promover la cooperación y la convivencia
La biblioteca como servicio y lugar de encuentro para la comunidad educativa desempeña una importante función a nivel social. Esta competencia determina la existencia en el plan de trabajo de la biblioteca de un bloque específico de tareas para el docente responsable y el equipo de apoyo que presenta cuatro ámbitos de actuación.
Se trata de la apertura en horario extraescolar, las acciones para las familias, las acciones de comunicación dentro de la comunidad y las acciones referentes a tareas de cooperación y participación en el entorno. Todo ello responde a un claro objetivo de intervención social: poder incidir en la compensación de desigualdades así como promover la convivencia y  la participación de los miembros de la comunidad educativa en la vida escolar.
En referencia a la apertura en horario extraescolar, la biblioteca apoya en primer lugar la realización de las tareas escolares del alumnado considerando la necesidad de incentivar el desarrollo de su autonomía y su responsabilidad académica. En segundo lugar, también fuera de los horarios lectivos, se pueden llevan a cabo acciones propias de fomento de la lectura, como es el caso de clubes de lectura o actividades diversas, que responden al objetivo de  promover un ambiente lector así como desarrollar también de forma general una vida cultural rica en el centro. 
Otro ámbito de actuación se circunscribe a las acciones para las familias. Acciones principalmente vinculadas al fomento de la lectura. Aquí se incluye la realización de actividades y orientaciones específicas para leer en familia, así como también el encargo de tareas puntuales de la biblioteca que incentivan la participación de padres y madres en la vida escolar.
Dentro de la función de intervención social también debemos incluir las acciones de comunicación interna. Es un aspecto crucial para facilitar la relación personal  y crear vínculos entre los miembros de la comunidad. Para ello debemos extender el entorno físico de la biblioteca a un entorno virtual igualmente amigable, que facilite tanto a los jóvenes como a las familias mantener el contacto más allá de las paredes físicas de la escuela.
Por último cabe contemplar que la biblioteca escolar ha de llevar a cabo acciones de cooperación con el entorno. Actuando de puente para permitir el movimiento y flujo de información interna y externa. El objetivo es facilitar la relación y la colaboración de la escuela con otros organismos culturales próximos como es el caso de la biblioteca pública.
El poder de la biblioteca escolar dentro de la comunidad educativa
Todas estas acciones muestran el valor y la importancia de la biblioteca escolar como entorno generador de oportunidades no únicamente lectoras sino también de enriquecimiento cultural para la comunidad educativa. Ante una sociedad donde prima la “superficialidad” o solo el divertimento (Vargas Llosa, 2012), los eventos culturales que la escuela genera representan acciones de gran valor formativo para nuestros alumnos.  Es una cuestión relevante ya que todas estas acciones además de enriquecerlos incentivan también su creatividad.
En este sentido no podemos eludir una reflexión de gran importancia para el sector educativo.  Es cierto que internet nos hace más hábiles para manejar y ojear por encima información, y menos capaces para reflexionar sobre ella por la inmediatez y la dispersión que nos provoca (Carr, 2011). Pero la “superficialidad” o la “mediocridad” no son cuestiones que puedan vincularse directamente a la utilización de la red.
Más bien lo que va a determinar que nuestros alumnos sean “superficiales” o “auténticos” no es el uso de una determinada tecnología sino el tipo de alimento con el que vayan “nutriéndose” a lo largo de su etapa formativa. Nuestra principal responsabilidad como docentes está vinculada a esta cuestión. Está asociada al tipo de contenidos que en la escuela ponemos a su disposición.
Sin duda un entorno culturalmente rico favorecerá su desarrollo personal, a nivel intelectual y emocional, pero también  ayudará al crecimiento de su dimensión espiritual. Porque esta no es una cuestión religiosa sino una cuestión antropológica específicamente humana de gran importancia ya que incumbe al terreno de todo aquello que da significación a nuestras vidas.
Acciones de gestión del conocimiento: filtrar y redistribuir flujos de información
La biblioteca como centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje desempeña una importante función vinculada a la gestión del conocimiento dentro de la organización educativa. Este bloque es de vital importancia para el desarrollo de las acciones ya descritas de apoyo curricular e intervención social.
Sin recursos, filtrados y seleccionados en función de necesidades concretas, no podemos apoyar las actividades de las aulas ni colaborar para que la escuela desarrolle un ambiente rico culturalmente. La función de filtro mediador está en la base de todas las  acciones que puede llevar a cabo la biblioteca escolar en un centro educativo.
Este bloque de trabajo puede disponerse en cuadro ámbitos de actuación. El primero está vinculado a la política documental, y los siguientes a la circulación y difusión de la información disponible, a la gestión de los espacios y  a la organización de los servicios que se crean oportunos prestar.
En referencia a la política documental el responsable de la biblioteca escolar y el equipo de apoyo deben realizar tareas específicas de organización, selección y cuidado de la colección de los materiales que se centralizan en la biblioteca pero que puede estar dispersos en secciones de aula o departamentos. Este ámbito responde a la voluntad de incidir en la calidad de los recursos que dispone el centro y de vincular su selección a las necesidades que aparezcan cada curso escolar.
Otro ámbito de actuación en este bloque se vincula a la organización y gestión del espacio físico y virtual de la biblioteca. Ello implica unas tareas específicas para asegurar el desarrollo de la biblioteca como un entorno favorable para el aprendizaje y la lectura. Porque tiene su relevancia organizar adecuadamente las zonas de trabajo y lectura, establecer normas de uso, así como mantener el orden y el buen estado las instalaciones.
Necesitamos redescubrir el valor de la biblioteca como entorno físico hecha de ladrillos y llena de estantes con libros de papel que se tocan y se huelen. Porque necesitamos entornos físicos con características específicas, con signos de identidad propios que ayuden a crear sentido de pertenencia. Entornos que favorezcan tanto el encuentro con los otros (compañeros, alumnos de diversos cursos, profesores, padres y madres, abuelos y abuelas…) como también el recogimiento personal. 
Estamos hablando de espacios de uso múltiple, versátiles pero cálidos, que permitan la  “conexión digital” para el acceso a la información pero que también favorezcan la tranquilidad y el sosiego necesario para posibles “descansos digitales”. Entornos facilitadores en el centro educativo de la existencia de un ritmo vital más lento y calmado.
El poder de la biblioteca escolar dentro de la sociedad digital
En la última década el sector bibliotecario se ha esforzado en ordenar el entorno digital sin realmente conseguirlo. Esto también ha incidido en las bibliotecas escolares que han ido elaborando selecciones y bibliotecas digitales con la intención de facilitar el acceso y filtrar contenidos.  Actualmente hay que reconocer que no podemos ordenar el mundo digital con los mismos parámetros que  ordenamos el mundo físico.  
En el contexto digital donde todo fluye a tiempo real  toda clasificación parece una ilusión porque no procede la aplicación de la lógica analógica que busca ordenar el conocimiento en base a unos parámetros prefijados por una única autoridad.
Desde la biblioteca escolar podemos movilizar nuestra comunidad educativa hacia la construcción colectiva de colecciones digitales desordenadas pero accesibles a través de etiquetas y taxonomías múltiples. Hemos de poner nuestro empeño más que en establecer “bibliotecas digitales” a elaborar estrategias especificas que nos permitan filtrar y redistribuir contenidos digitales a tiempo real porque la información disponible cada día es mayor. 
Es imprescindible que alguien desarrolle la función de crear en las organizaciones “pasarelas” de información enfocada pensando en neutralizar la sobrecarga informativa. Así pues la función de filtro y redistribución de recursos digitales es una función que deben contemplar las organizaciones educativas del siglo XXI. El docente responsable de la biblioteca escolar y el equipo de apoyo han de estar preparados para ello. Es un nuevo reto vinculado a una nueva necesidad.
Por esta razón hay que estar atentos al futuro próximo ya que es posible que pronto aparezcan nuevas maneras de llevar a cabo las funciones que siempre han tenido encomendadas las bibliotecas escolares y tengamos que establecer entonces nuevas premisas. En este sentido el poder de la biblioteca escolar en la sociedad digital no está vinculada únicamente a su virtud conciliadora entre tecnologías diversas sino también a su extraordinaria capacidad de adaptabilidad y permeabilidad a los tiempos.

Referencias bibliográficas
CARR, N.: Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes? Madrid: Taurus, 2010.
ROBINSON, K.: El elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo. Barcelona: Grijalbo, 2009.
VARGAS LLOSA, M.: La civilización del espectáculo.Madrid: Alfaguara, 2012.

* Glòria Durban Roca es docente responsable
de la biblioteca de la Escuela del Clot en Barcelona
gloria.durban@fje.edu
www.bibliotecaescolar.info
Artículo publicado en:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/web/portal-libro-abierto/en-profundidad/-/noticia/detalle/docentes-responsables-de-la-biblioteca-escolar


lunes, 11 de junio de 2012

Colaboración entre biblioteca escolar y municipal vía @bibliotescolar

Desde hace un tiempo sigo las reflexiones que hace un compañero de Murcia, es Juan M. Cabrera, (en su Twitter de @bibliotescolar se define como "Profesor del I.E.S. Rambla de Nogalte. Colaboro con centros de profesores de Murcia y de Almería sobre bibliotecas escolares y aplicación TIC al aula", en su Twitter personal @juanmacapa especifica "Portavoz de UPyD en Lorca. Profesor de Latín y Griego. Profesor de teleformación en Murcia y Almería. Aspirante a profesor 2.0.")
Una de sus últimas reflexiones trata de un tema del que en distintas reuniones formales e informales he hablado. 
De ahí que, con su permiso, os deje aquí sus disertaciones, ahí van. No tienen desperdicio, os dejo con él (aquí la fuente original)

Llevaba ya algún tiempo pensando escribir algo sobre este tema cuando recibí un correo de Eduardo Ares (La vida es cuento) preguntándome sobre el tema. Como te prometí allí voy a exponer lo poco que sé y lo que pienso al respecto.
Lo primero que conviene es aclarar las diferencias entre ambos conceptos. Bibliotecas ecolares y municipales son diferentes porque parten de principios distintos y porque tienen funciones distintas. Esto no quiere decir que no tengan puntos en común ni que no se pueda trabajar conjuntamente, más bien es todo lo contrario. Creo que ambas se pueden aportar muchas cosas mutuamente si se establece una verdadera colaboración y eso beneficiará en gran medida tanto a nuestros alumnos como al resto de la comunidad de la localidad en la que trabajamos.
Para hacer un buen plan de colaboración es imprescindible definir las funciones de cada una y establecer claramente los servicios que se atenderán por separado y en conjunto. Esa labor sólo es posible cuando existe una comunicación directa y de plena confianza entre el responsable de la biblioteca escolar y las personas que gestionan la biblioteca municipal.
La biblioteca municipal cumple una función social de acercamiento de materiales a todos los ciudadanos. Su función básica está en hacer accesible la información de todo tipo a todos los habitantes de un lugar en todo tipo de formatos. La acción social de la biblioteca municipal está establecida desde hace mucho tiempo y su carácter público le permite acceder a recursos y a medios inalcanzables de otro modo para los habitantes de cualquier pequeño rincón de nuestra geografía. En otras palabras, la biblioteca municipal iguala a todos los ciudadanos en su acceso a la información poniendo a su alcance todo aquello que por cuestiones geográficas o económicas no es accesible a una parte de la sociedad.
Las bibliotecas municipales llevan mucho tiempo realizando esa importante labor con profesionales altamente cualificados y en coordinación con otros como bibliotecas regionales o nacional que le permiten ofrecer servicios como el acceso a cualquier tipo de fondos de cualquier otra biblioteca pública. Queda claro que la función básica de la biblioteca municipal es hacer accesible la información en cualquier soporte y la labor de fomento de la lectura.
 
La diferencia fundamental con la biblioteca escolar es el matiz educativo de esta última. Una biblioteca escolar debe ser un centro de recurso educativos que ponga al alcance de profesores y alumnos instrumentos que faciliten su aprendizaje y que le enseñen a acceder a la información, manipularla y reelaborarla para difundirla. Mientras que una biblioteca municipal tiene como base el fomento de la lectura como placer y deleite la escolar tiene su base en la búsqueda y uso de la información.
Todo esto se ve reflejado en el número de documentos que suelen encontrarse en una y otra biblioteca de modo que en las primeras suelen predominar los materiales de lectura y ocio mientras que en los segundos deberían ser los documentos informativos los más abundantes.
El primer error que se suele cometer en las bibliotecas escolares suele ser el de intentar aplicar el modelo de biblioteca municipal a nuestra biblioteca escolar. Es frecuente encontrar bibliotecas escolares que realizan una gran labor de fomento de la lectura pero lo hacen olvidando la parte de formación de usuarios y de alfabetización. Además cuando se realiza esta labor de fomento de la lectura es frecuente que olvidemos precisamente acudir a aquellos que llevan muchos años de experiencia en este trabajo: las bibliotecas municipales.
Lo que defiendo no es que la biblioteca escolar no debe trabajar para el fomento de la lectura y como placer sino que esa no debe ser su función principal y que si vamos a desarrollar un plan lector realmente eficiente deberíamos aprovechar el trabajo ya realizado por las bibliotecas municipales.
En la línea opuesta está la cuestión de la alfabetización informacional. Cuando las bibliotecas municipales afrontan este tema y la formación de usuarios deberían tener en cuenta la experiencia de las bibliotecas escolares en labores pedagógicas y en instrumentos que permitan a los alumnos y demás lectores buscar información, seleccionarla y manipularla para hacerla útil a nuestros objetivos.
Conozco algunos casos de bibliotecas escolares que trabajan en colaboración con redes municipales de bibliotecas con resultado diverso. Es importante tener en cuenta los siguientes puntos.
  • Una biblioteca municipal suele tener mayores recursos económicos que la escolar, además tiene acceso a una gran cantidad de documentos de otras bibliotecas (regional, nacional, etc.) a los que nuestros alumnos podrán acceder de una forma sencilla si tenemos un programa de colaboración.
  • Normalmente los responsables de biblioteca no suelen ser especialistas en biblioteconomía y eso les dificulta mucho la labor de catalogación y de creación de nuestro OPAC. Una buena colaboración con la biblioteca municipal puede hacer que algún especialista nos ayude en esta cuestión acelerando el proceso y aplicando criterios profesionales desconocidos para el profesor responsable de la biblioteca.
  • Las bibliotecas municipales suelen estar en contacto con personas que se dedican profesionalmente al fomento de la lectura y suelen estar también en relación con escritores que pueden venir a presentar sus libros y trabajarlos. Esta colaboración puede hacer que unos y otros también puedan venir a nuestros centros a desarrollar esa labor con el consiguiente beneficio para nuestros alumnos y enriquecerá nuestra faceta de actividades.
  • Las bibliotecas municipales suelen disponer de espacios adecuados para realizar actividades de todo tipo y una colaboración estrecha nos permitirá usar todos esos recursos a los que no tendríamos acceso sólo con nuestro centro.
  • Las bibliotecas escolares suelen funcionar sólo en horario escolar y permanecen cerradas por las tardes. La colaboración con las bibliotecas municipales puede hacer que ampliemos nuestros horarios de atención a los alumnos con personal contratado por la administración lo que redundará en beneficio directo de nuestros alumnos que podrán disponer durante más horas de los servicios de nuestra biblioteca, algo imposible de alcanzar con horarios docentes.
Pero a cambio de todo eso la biblioteca escolar también tiene muchas cosas que ofrecer a la municipal, veamos algunas:
 
  • Las bibliotecas escolares suelen estar repartidas por todo el municipio lo que ofrece a la biblioteca municipal acceso a locales acondicionados perfectamente en barrios, pedanías y otras zonas más alejadas a las que sólo se podría acceder de modo muy precario mediante autobuses biblioteca. Disponer de todos estos locales permite a las bibliotecas municipales acceder a una gran cantidad de población en sus propios barrios y así descongestiona su propio espacio.
  • Un programa de colaboración con las bibliotecas escolares permite acceder a fondos muy específicos sobre las materias de estudio de los alumnos. Las bibliotecas de los departamentos didácticos y ciclos educativos han seleccionado durante años aquellos documentos más útiles tanto para la preparación de clases por parte de los profesores como para el aprendizaje de los alumnos. Frente a la gran cantidad de materiales que suele haber de forma dispersa en la biblioteca municipal los usuarios pueden acceder de una forma mucho más sencilla a información concreta y útil.
  • Las bibliotecas municipales podrán desarrollar actividades de formación de usuarios y de ALFIN contando con los especialistas de los centros educativos. Ellos pueden aportar materiales e instrumentos que usan habitualmente de las aulas y que pueden también ser aplicados para todos los usuarios de una biblioteca municipal. La colaboración puede llevar a que la biblioteca municipal organice cursos de alfabetización a personas mayores o a colectivos sociales más necesitados y para ello no tendrá que ir demasiado lejos ya que dispondrá de especialistas y de recursos en las bibliotecas escolares.
  • Las bibliotecas municipales accederán directamente a alumnos y padres sin necesidad de campañas de difusión de su trabajo. Unas simples jornadas de puertas abiertas por parte de la biblioteca municipal realizadas con la coordinación de las bibliotecas escolares puede hacer que cientos de niños y padres entren a la biblioteca y conozcan sus servicios y sus medios. Esta colaboración puede llevarles a la creación de una escuela de padres en colaboración con el centro educativo que permita seleccionar aquellos fondos más útiles para la educación de sus hijos en cuestiones relativas tanto a la escuela como a cualquier otra faceta de su actividad como padres.
 
En la misma línea, la colaboración puede hacer también que se establezcan programas de acompañamiento a alumnos y de técnicas de estudio. Los profesores podrán aportar la parte técnica más alejada de las funciones de la biblioteca municipal mientras que esta última podrá ponerles en contacto con especialistas o materiales inalcanzables para un centro escolar solo.
Como ya he dicho esta colaboración podrá permitir que nuestros alumnos disponga de la biblioteca escolar abierta en horario vespertino sin tener que desplazarse a la biblioteca municipal que se puede encontrar lejos del lugar en que vive el alumno.
Para una buena colaboración es imprescindible que nuestra biblioteca esté normalizada siguiendo los criterios de organización de cualquier biblioteca y para ello podemos servirnos del asesoramiento de los especialistas que trabajan en la biblioteca municipal. Por supuesto debe estar centralizado el control de usuarios de modo que sirva tanto para un servicio escolar como municipal y para ello será necesario usar un programa de gestión de fondos y usuarios común.
La elaboración del plan lector podremos realizarlo en colaboración con la biblioteca municipal intentando acceder a los recursos que ellos tienen tanto materiales como personales, frente a esto seremos nosotros los que aportemos recursos en la realización de actividades de formación y de alfabetización organizadas por la biblioteca municipal.
Por último, para un trabajo eficaz es imprescindible un plan consensuado y desarrollado por ambas partes en el que se valoren las cosas positivas pero también se tenga en cuenta aquellos aspectos que pueden suponer un problema, como el deterioro de materiales por el mayor uso. Los equipos directivos de los centros deben ser conscientes de que esa colaboración supondrá una pérdida de autonomía y una adaptación a los sistemas de organización de la biblioteca municipal a cambio del acceso a fondos y recursos mucho mayores a los que un centro escolar puede llegar normalmente.
Como en todo la colaboración aportando lo mejor de cada aspecto será la clave para que un recurso como la biblioteca escolar pueda ser usado de un modo mucho más eficiente por toda la comunidad y, principalmente, por nuestros alumnos. Debería ser obligatorio que nuestros centros escolares ofrecieran en horarios vespertinos las instalaciones para disfrute de toda la comunidad ya que son bienes públicos, en lugar de permanecer cerrados e infrautilizados. Eso sí, a cambio las administraciones deberán tener en cuenta el mayor deterioro en las instalaciones escolares que estos planes conllevan para dotarlas de recursos económicos suficientes para repararlos.

domingo, 10 de junio de 2012

En tres vistas: la formación del profesorado bibliotecario escolar.

Me permito copiar aquí uno de los últimos artículos de la Revista e-CO; esta revista digital sobre educación y formación del profesorado es editada por el Centro del Profesorado de Córdoba desde enero de 2005.
El presente artículo me toca la fibra sensible y destaca algunas de las líneas de trabajo que hemos defendido desde el Seminario de Bibliotecas en Red de Albacete.
Los autores del "artículo-charla" son: Montserrat Escorsa, de la Escola Sant Jordi, de Lleida; Gracia Santorum, del IES Chano Piñeiro de Forcarei; y, como no podía ser de otra forma, Miguel Calvillo, asesor de bibliotecas escolares del Centro del Profesorado de Córdoba.
El artículo se plantea como una charla ante unos determinados interrogantes relacionados con la formación del profesorado respecto al ámbito de las bibliotecas escolares. Creo que es un punto y final idóneo para el trabajo desarrollado durante este curso desde el Seminario.
El artículo original se encuentra en este enlace.

Hace cinco años nuestros respectivos blogs de lectura y biblioteca escolar nos pusieron en contacto. Montse mantiene el de su biblioteca escolar y Gracia edita Trafegando ronseis. Sin embargo, no fue hasta hace pocos meses que nos conocimos personalmente a propósito del Congreso Bibliotecas escolares en tránsito celebrado en Santiago. Teníamos que hacer algo en común y por fin este número extraordinario nos ha permitido poner negro sobre blanco esta charla "En tres vistas" que no podía tratar de otro asunto que no fuera la biblioteca escolar y la formación de su profesorado.
¿Existe un perfil profesional adecuado para ser elegido bibliotecario escolar entre el profesorado del centro?
Gracia: Buf, esta es la pregunta del millón. Supongo que el mejor perfil es alguien que, sobre todo, tenga muchas ganas de trabajar y no escatime en el tiempo que le dedica al centro. Podríamos pensar también si es necesario tener formación… pero a veces pueden más las ganas que la propia formación, aunque ambas son necesarias. Ahora, además, es más fácil tenerla puesto que hay muchos más cursos y se puede acceder a ellos con facilidad.
Montse: Estoy de acuerdo con Gracia. A veces pienso que más que un perfil, es necesario tener la voluntad de ser bibliotecario escolar. El perfil se puede tener o aprender. La actitud, la manifiesta disposición del ánimo de ser bibliotecario, para mí es imprescindible.
El perfil tendría que contemplar aspectos relacionados con la organización de la biblioteca y de su contenido, con la capacidad de relacionarse con la comunidad educativa y con lo que serían las TIC.
Gracia: Pero por mucha formación que se tenga son necesarios ingredientes “personales” como la ilusión, la convicción…
Miguel: Es cierto. Yo a veces digo que en lectura y en biblioteca, querer es poder. Porque el profesorado que quiere conseguir algo, acaba encontrando la forma de conseguirlo. La formación es importante, pero el entusiasmo es simplemente imprescindible.
Gracia: Miguel acaba de decir una palabra esencial: ENTUSIASMO. Sinceramente, creo que este es, por excelencia, el mejor antídoto contra cualquier enfermedad educativa. Con entusiasmo contagias las ganas de leer al alumnado, las ganas de trabajar al profesorado... Siempre recuerdo a una alumna que me repetía: es que gustándote tanto a ti este libro, es imposible que no me guste: ¡me contagias!
¿Cuáles son las competencias profesionales que debería tener un bibliotecario escolar?
Montse: ¡Muchas! Quizás demasiadas para el tiempo del que disponen.
Miguel: Sí, es cierto que hoy se pide tal vez demasiado al bibliotecario escolar y se le da poco tiempo. Probablemente sea un mal generalizado en la enseñanza a la que cada vez se hace responsable de más necesidades sociales.
Montse: Para mi las competencias imprescindibles y oficiales son las comunicativas, las relacionadas con todos los aspectos del aprender a aprender, las del tratamiento de la información y competencia digital, las sociales y ciudadanas y  las competencias de autonomía e iniciativa personal. Pienso que una bibliotecaria que sepa mucha gestión y no sea capaz de motivar a sus compañeros de trabajo para que entren en la biblioteca de vez en cuando... anota un pequeño fracaso en su historial.
Gracia: Creo que unas directrices mínimas son necesarias. Cursillos, formación básica, estar al día en las nuevas tecnologías, ser un buen lector, pero también saber trabajar en grupo y saber escuchar. Sin saber escuchar a los demás, sin aceptar otras propuestas e ideas… un bibliotecario no puede solventar ni acceder a todo el conocimiento él solo.
Miguel: Veo que dais en la diana: un bibliotecario no puede nunca estar solo y más que lo que sepa, necesita capacidad de liderazgo, organización y coordinación.
Muchos de los bibliotecarios escolares suelen ser grandes aficionados a la Literatura o incluso profesionales de este perfil docente: ¿puede ser ello perjudicial para una biblioteca como centro general?
Miguel : Yo creo que a veces este celo por lo literario ha inclinado el barco de la biblioteca excesivamente hacia la ficción. Y cuando digo excesivamente, no quiero decir que el fomento de la ficción no sea indispensable para la biblioteca y para la educación en general. Pero sí se echa de menos poner en valor la lectura de la prensa, los libros ensayísticos y en general los informativos así como los recursos no librarios. Tal vez por ello, en España es tan difícil encontrar bibliotecas escolares que se usen como centro de recursos para todas las asignaturas y no sólo para la literatura.
Montse : Pienso que no. Tienen, seguramente, más facilidad para contagiar el gusto por la lectura.
Gracia: Yo tampoco lo creo, al contrario. Lo que no significa que un docente de Matemáticas, por ejemplo, no sea el mejor bibliotecario del mundo. Pero el hecho de amar los libros y la Literatura es primordial, sin necesidad de ser docente de esta asignatura. No podemos confundir ser profesor de lengua y literatura con ser amante de la misma; puede haber profesores de  esta asignatura que lean poco, por ejemplo y que no estén dispuestos a hacer de la biblioteca escolar el motor de la escuela, algo que para la figura del bibliotecario escolar es primordial.
¿Debe ser el bibliotecario escolar un profesor o un bibliotecario titulado ajeno a la docencia?
Gracia: Otra de las grandes “peleas” es esta. Ambas pueden combinarse: un bibliotecario titulado ajeno a la docencia no haría un buen papel como dinamizador por no entender el mundo del alumnado; un profesor necesita horas para dedicarse a la biblioteca. Si no tiene horario suficiente no puede realizar actividades. Pero por otra parte el contacto con el alumnado es fundamental, no es bueno que deje de impartir clases para dedicarse sólo a la biblioteca.
Montse: Pienso que mejor un profesor o un maestro pero con una formación adecuada y que disponga de tiempo profesional para realizar su trabajo.
Miguel: Yo también creo que el modelo de profesor bibliotecario es el más adecuado. El problema es otro: la falta de formación inicial en el profesorado para afrontar este trabajo.
Gracia: Pero si en esa biblioteca hay un titulado para llevar la cuestión técnica sería de gran ayuda para que el dinamizador pueda centrarse más en su trabajo.
¿Qué peso debe tener en la formación la gestión y qué peso la dinamización?

Miguel: yo a veces me he quejado de una desproporción entre el afán de aprender a gestionar y la creencia de que dinamizar se hace de cualquier manera. Sin embargo, quizá sea al revés: a gestionar se aprende con rapidez y facilidad si se hace sosteniblemente, pero la dinamización es sin duda más costosa y siempre cambiante.
Gracia: Yo creo que la dinamización es fundamental. Porque lo que importa son los resultados con el alumnado.
Miguel: Sin duda eso es lo importante.
Montse: Aunque no se  cómo suena decirlo, pienso que casi el 50 por cien. Para que la biblioteca funcione tiene que estar bien gestionada. Hay demasiadas cosas a tener en cuenta y hace falta tenerlas claras para hacerlas correctamente.
¿Cuál podemos considerar que es hoy día el déficit formativo mayor que tienen en general los bibliotecarios escolares?
Miguel: Evidentemente hay todo tipo de profesionales, pero probablemente los mayores déficit se producen en la integración curricular de la biblioteca en el centro, probablemente porque no han tenido modelos de ello ni cuando fueron alumnos de primaria o secundaria, ni siquiera en la Universidad donde no vieron algo así, de manera que al llegar a la educación como profesionales siguen pensando en gran medida que la biblioteca es un centro para fomentar la lectura de novelas o cuentos y el conocimiento de escritores de ficción, que suele ser la imagen más difundida, la que han visto siempre.
Montse: No soy quién para contestar esta pregunta en términos generales, pero personalmente  pienso que  el déficit mayor está relacionado, aún,  con el uso de las TIC y con las competencias informacionales.
Miguel: Ese “aún” tiene aire de queja.
Gracia: La verdad es que no sabría decir cuál es el mayor déficit. Creo que en general hay cursillos (ahora menos) en los CEFORES y los hay on-line. Además existe una red de ayuda entre los bibliotecarios escolares: la cualidad que los define es, en general, la generosidad extrema, siempre dispuestos a ayudar a sus colegas novatos.
¿Por qué se propone generalmente la formación en red?
Gracia: La formación en red es más barata, está claro, y permite conectar con mucha gente de diversos lugares lejanos con los que sería casi imposible coincidir en un curso presencial.
Miguel: Cierto que es más barata y los gobiernos no se han distinguido en general por hacer grandes aportaciones a las bibliotecas escolares. Pero también obedece a una necesidad del bibliotecario escolar respecto a lo que dije anteriormente: fomenta el conocimiento de modelos. Creo que otro de los motivos es la falta de una formación inicial, algo que no necesitan los profesores o profesoras en sus especialidades didácticas porque la tuvieron en la universidad. Además, la misma amplitud de conocimiento que se demanda, de la que habéis hablado antes, necesita que se adquiera en equipo.
Montse: Pienso que es más cómodo. Si la formación en red contempla suficientes encuentros no virtuales en diversas bibliotecas escolares y prácticas reales con libros de papel, para mí puede estar bien. Mi experiencia de formación en red es positiva puesto que dedicas más tiempo al trabajo que a los quince minutos del café.
¿Qué facetas podemos considerar más importantes en la formación futura del bibliotecario escolar: TIC, fomento de la lectura, gestión…?
Montse: Para mi las TIC pueden ser un motor para el fomento de la lectura y una ayuda en la gestión.
Miguel: probablemente en las TIC es en lo que más se esté avanzando aunque con excesiva lentitud.
Gracia: Las TIC hoy en día son esenciales, por supuesto, pero no debemos olvidar que el fomento de la lectura es primordial. Sin una buena gestión no hay una buena biblioteca, pero creo que la lectura es la base de todo.
¿Es el bibliotecario escolar a su vez un formador en su centro?
Miguel: En Andalucía la normativa cita expresamente esta característica como una de sus funciones. Para mí es fundamental, además significa uno de los puntos de mira del futuro, porque la biblioteca escolar siempre se ha pensado como un servicio para el alumnado, y en mi opinión ha dejado demasiado de lado el servicio al profesorado, que debe ser mayor puesto que éste también lleva al anterior.
Gracia: Es difícil serlo, porque no todos los compañeros están dispuesto a dejarse asesorar, pero en cuanto a que debe ser la biblioteca un motor del centro sí lo es. Pero siempre desde el máximo respeto y la disposición a aprender de los compañeros.
Montse: En mi caso, parcialmente si, puesto que maestros, familias y personal no docente se han formado para poder prestar libros al alumnado. Durante los primeros tiempos del programa Puntedu se llevaron a cabo dos sesiones dedicadas a formar a los miembros del claustro como usuarios de la biblioteca.
¿Cuál sería la modalidad más exitosa para formar bibliotecarios escolares?
Montse: La que contemplara formación teórica y también practica en escuelas. Casi igual que los maestros.
Gracia: Siempre hay que combinar. Contar con las experiencias de otras personas es fundamental. Los encuentros de bibliotecarios escolares para escuchar a tus compañeros, que sabes que tienen más o menos tus mismas dificultades ayudan en gran medida.
Miguel: Pues ya lo habéis dicho: una formación sólida con un acompañamiento tutorado de quienes tienen la experiencia y naturalmente diverso en cuanto a las variadísimas competencias profesionales que necesita el bibliotecario escolar del futuro tanto en los aspectos tecnológicos como humanos, sociales y pedagógicos. Pero también una formación inicial inexistente hoy día que presentara modelos de uso de la biblioteca escolar como centro de recursos en la universidad, en el prácticum y en el máster.