lunes, 11 de junio de 2012

Colaboración entre biblioteca escolar y municipal vía @bibliotescolar

Desde hace un tiempo sigo las reflexiones que hace un compañero de Murcia, es Juan M. Cabrera, (en su Twitter de @bibliotescolar se define como "Profesor del I.E.S. Rambla de Nogalte. Colaboro con centros de profesores de Murcia y de Almería sobre bibliotecas escolares y aplicación TIC al aula", en su Twitter personal @juanmacapa especifica "Portavoz de UPyD en Lorca. Profesor de Latín y Griego. Profesor de teleformación en Murcia y Almería. Aspirante a profesor 2.0.")
Una de sus últimas reflexiones trata de un tema del que en distintas reuniones formales e informales he hablado. 
De ahí que, con su permiso, os deje aquí sus disertaciones, ahí van. No tienen desperdicio, os dejo con él (aquí la fuente original)

Llevaba ya algún tiempo pensando escribir algo sobre este tema cuando recibí un correo de Eduardo Ares (La vida es cuento) preguntándome sobre el tema. Como te prometí allí voy a exponer lo poco que sé y lo que pienso al respecto.
Lo primero que conviene es aclarar las diferencias entre ambos conceptos. Bibliotecas ecolares y municipales son diferentes porque parten de principios distintos y porque tienen funciones distintas. Esto no quiere decir que no tengan puntos en común ni que no se pueda trabajar conjuntamente, más bien es todo lo contrario. Creo que ambas se pueden aportar muchas cosas mutuamente si se establece una verdadera colaboración y eso beneficiará en gran medida tanto a nuestros alumnos como al resto de la comunidad de la localidad en la que trabajamos.
Para hacer un buen plan de colaboración es imprescindible definir las funciones de cada una y establecer claramente los servicios que se atenderán por separado y en conjunto. Esa labor sólo es posible cuando existe una comunicación directa y de plena confianza entre el responsable de la biblioteca escolar y las personas que gestionan la biblioteca municipal.
La biblioteca municipal cumple una función social de acercamiento de materiales a todos los ciudadanos. Su función básica está en hacer accesible la información de todo tipo a todos los habitantes de un lugar en todo tipo de formatos. La acción social de la biblioteca municipal está establecida desde hace mucho tiempo y su carácter público le permite acceder a recursos y a medios inalcanzables de otro modo para los habitantes de cualquier pequeño rincón de nuestra geografía. En otras palabras, la biblioteca municipal iguala a todos los ciudadanos en su acceso a la información poniendo a su alcance todo aquello que por cuestiones geográficas o económicas no es accesible a una parte de la sociedad.
Las bibliotecas municipales llevan mucho tiempo realizando esa importante labor con profesionales altamente cualificados y en coordinación con otros como bibliotecas regionales o nacional que le permiten ofrecer servicios como el acceso a cualquier tipo de fondos de cualquier otra biblioteca pública. Queda claro que la función básica de la biblioteca municipal es hacer accesible la información en cualquier soporte y la labor de fomento de la lectura.
 
La diferencia fundamental con la biblioteca escolar es el matiz educativo de esta última. Una biblioteca escolar debe ser un centro de recurso educativos que ponga al alcance de profesores y alumnos instrumentos que faciliten su aprendizaje y que le enseñen a acceder a la información, manipularla y reelaborarla para difundirla. Mientras que una biblioteca municipal tiene como base el fomento de la lectura como placer y deleite la escolar tiene su base en la búsqueda y uso de la información.
Todo esto se ve reflejado en el número de documentos que suelen encontrarse en una y otra biblioteca de modo que en las primeras suelen predominar los materiales de lectura y ocio mientras que en los segundos deberían ser los documentos informativos los más abundantes.
El primer error que se suele cometer en las bibliotecas escolares suele ser el de intentar aplicar el modelo de biblioteca municipal a nuestra biblioteca escolar. Es frecuente encontrar bibliotecas escolares que realizan una gran labor de fomento de la lectura pero lo hacen olvidando la parte de formación de usuarios y de alfabetización. Además cuando se realiza esta labor de fomento de la lectura es frecuente que olvidemos precisamente acudir a aquellos que llevan muchos años de experiencia en este trabajo: las bibliotecas municipales.
Lo que defiendo no es que la biblioteca escolar no debe trabajar para el fomento de la lectura y como placer sino que esa no debe ser su función principal y que si vamos a desarrollar un plan lector realmente eficiente deberíamos aprovechar el trabajo ya realizado por las bibliotecas municipales.
En la línea opuesta está la cuestión de la alfabetización informacional. Cuando las bibliotecas municipales afrontan este tema y la formación de usuarios deberían tener en cuenta la experiencia de las bibliotecas escolares en labores pedagógicas y en instrumentos que permitan a los alumnos y demás lectores buscar información, seleccionarla y manipularla para hacerla útil a nuestros objetivos.
Conozco algunos casos de bibliotecas escolares que trabajan en colaboración con redes municipales de bibliotecas con resultado diverso. Es importante tener en cuenta los siguientes puntos.
  • Una biblioteca municipal suele tener mayores recursos económicos que la escolar, además tiene acceso a una gran cantidad de documentos de otras bibliotecas (regional, nacional, etc.) a los que nuestros alumnos podrán acceder de una forma sencilla si tenemos un programa de colaboración.
  • Normalmente los responsables de biblioteca no suelen ser especialistas en biblioteconomía y eso les dificulta mucho la labor de catalogación y de creación de nuestro OPAC. Una buena colaboración con la biblioteca municipal puede hacer que algún especialista nos ayude en esta cuestión acelerando el proceso y aplicando criterios profesionales desconocidos para el profesor responsable de la biblioteca.
  • Las bibliotecas municipales suelen estar en contacto con personas que se dedican profesionalmente al fomento de la lectura y suelen estar también en relación con escritores que pueden venir a presentar sus libros y trabajarlos. Esta colaboración puede hacer que unos y otros también puedan venir a nuestros centros a desarrollar esa labor con el consiguiente beneficio para nuestros alumnos y enriquecerá nuestra faceta de actividades.
  • Las bibliotecas municipales suelen disponer de espacios adecuados para realizar actividades de todo tipo y una colaboración estrecha nos permitirá usar todos esos recursos a los que no tendríamos acceso sólo con nuestro centro.
  • Las bibliotecas escolares suelen funcionar sólo en horario escolar y permanecen cerradas por las tardes. La colaboración con las bibliotecas municipales puede hacer que ampliemos nuestros horarios de atención a los alumnos con personal contratado por la administración lo que redundará en beneficio directo de nuestros alumnos que podrán disponer durante más horas de los servicios de nuestra biblioteca, algo imposible de alcanzar con horarios docentes.
Pero a cambio de todo eso la biblioteca escolar también tiene muchas cosas que ofrecer a la municipal, veamos algunas:
 
  • Las bibliotecas escolares suelen estar repartidas por todo el municipio lo que ofrece a la biblioteca municipal acceso a locales acondicionados perfectamente en barrios, pedanías y otras zonas más alejadas a las que sólo se podría acceder de modo muy precario mediante autobuses biblioteca. Disponer de todos estos locales permite a las bibliotecas municipales acceder a una gran cantidad de población en sus propios barrios y así descongestiona su propio espacio.
  • Un programa de colaboración con las bibliotecas escolares permite acceder a fondos muy específicos sobre las materias de estudio de los alumnos. Las bibliotecas de los departamentos didácticos y ciclos educativos han seleccionado durante años aquellos documentos más útiles tanto para la preparación de clases por parte de los profesores como para el aprendizaje de los alumnos. Frente a la gran cantidad de materiales que suele haber de forma dispersa en la biblioteca municipal los usuarios pueden acceder de una forma mucho más sencilla a información concreta y útil.
  • Las bibliotecas municipales podrán desarrollar actividades de formación de usuarios y de ALFIN contando con los especialistas de los centros educativos. Ellos pueden aportar materiales e instrumentos que usan habitualmente de las aulas y que pueden también ser aplicados para todos los usuarios de una biblioteca municipal. La colaboración puede llevar a que la biblioteca municipal organice cursos de alfabetización a personas mayores o a colectivos sociales más necesitados y para ello no tendrá que ir demasiado lejos ya que dispondrá de especialistas y de recursos en las bibliotecas escolares.
  • Las bibliotecas municipales accederán directamente a alumnos y padres sin necesidad de campañas de difusión de su trabajo. Unas simples jornadas de puertas abiertas por parte de la biblioteca municipal realizadas con la coordinación de las bibliotecas escolares puede hacer que cientos de niños y padres entren a la biblioteca y conozcan sus servicios y sus medios. Esta colaboración puede llevarles a la creación de una escuela de padres en colaboración con el centro educativo que permita seleccionar aquellos fondos más útiles para la educación de sus hijos en cuestiones relativas tanto a la escuela como a cualquier otra faceta de su actividad como padres.
 
En la misma línea, la colaboración puede hacer también que se establezcan programas de acompañamiento a alumnos y de técnicas de estudio. Los profesores podrán aportar la parte técnica más alejada de las funciones de la biblioteca municipal mientras que esta última podrá ponerles en contacto con especialistas o materiales inalcanzables para un centro escolar solo.
Como ya he dicho esta colaboración podrá permitir que nuestros alumnos disponga de la biblioteca escolar abierta en horario vespertino sin tener que desplazarse a la biblioteca municipal que se puede encontrar lejos del lugar en que vive el alumno.
Para una buena colaboración es imprescindible que nuestra biblioteca esté normalizada siguiendo los criterios de organización de cualquier biblioteca y para ello podemos servirnos del asesoramiento de los especialistas que trabajan en la biblioteca municipal. Por supuesto debe estar centralizado el control de usuarios de modo que sirva tanto para un servicio escolar como municipal y para ello será necesario usar un programa de gestión de fondos y usuarios común.
La elaboración del plan lector podremos realizarlo en colaboración con la biblioteca municipal intentando acceder a los recursos que ellos tienen tanto materiales como personales, frente a esto seremos nosotros los que aportemos recursos en la realización de actividades de formación y de alfabetización organizadas por la biblioteca municipal.
Por último, para un trabajo eficaz es imprescindible un plan consensuado y desarrollado por ambas partes en el que se valoren las cosas positivas pero también se tenga en cuenta aquellos aspectos que pueden suponer un problema, como el deterioro de materiales por el mayor uso. Los equipos directivos de los centros deben ser conscientes de que esa colaboración supondrá una pérdida de autonomía y una adaptación a los sistemas de organización de la biblioteca municipal a cambio del acceso a fondos y recursos mucho mayores a los que un centro escolar puede llegar normalmente.
Como en todo la colaboración aportando lo mejor de cada aspecto será la clave para que un recurso como la biblioteca escolar pueda ser usado de un modo mucho más eficiente por toda la comunidad y, principalmente, por nuestros alumnos. Debería ser obligatorio que nuestros centros escolares ofrecieran en horarios vespertinos las instalaciones para disfrute de toda la comunidad ya que son bienes públicos, en lugar de permanecer cerrados e infrautilizados. Eso sí, a cambio las administraciones deberán tener en cuenta el mayor deterioro en las instalaciones escolares que estos planes conllevan para dotarlas de recursos económicos suficientes para repararlos.

domingo, 10 de junio de 2012

En tres vistas: la formación del profesorado bibliotecario escolar.

Me permito copiar aquí uno de los últimos artículos de la Revista e-CO; esta revista digital sobre educación y formación del profesorado es editada por el Centro del Profesorado de Córdoba desde enero de 2005.
El presente artículo me toca la fibra sensible y destaca algunas de las líneas de trabajo que hemos defendido desde el Seminario de Bibliotecas en Red de Albacete.
Los autores del "artículo-charla" son: Montserrat Escorsa, de la Escola Sant Jordi, de Lleida; Gracia Santorum, del IES Chano Piñeiro de Forcarei; y, como no podía ser de otra forma, Miguel Calvillo, asesor de bibliotecas escolares del Centro del Profesorado de Córdoba.
El artículo se plantea como una charla ante unos determinados interrogantes relacionados con la formación del profesorado respecto al ámbito de las bibliotecas escolares. Creo que es un punto y final idóneo para el trabajo desarrollado durante este curso desde el Seminario.
El artículo original se encuentra en este enlace.

Hace cinco años nuestros respectivos blogs de lectura y biblioteca escolar nos pusieron en contacto. Montse mantiene el de su biblioteca escolar y Gracia edita Trafegando ronseis. Sin embargo, no fue hasta hace pocos meses que nos conocimos personalmente a propósito del Congreso Bibliotecas escolares en tránsito celebrado en Santiago. Teníamos que hacer algo en común y por fin este número extraordinario nos ha permitido poner negro sobre blanco esta charla "En tres vistas" que no podía tratar de otro asunto que no fuera la biblioteca escolar y la formación de su profesorado.
¿Existe un perfil profesional adecuado para ser elegido bibliotecario escolar entre el profesorado del centro?
Gracia: Buf, esta es la pregunta del millón. Supongo que el mejor perfil es alguien que, sobre todo, tenga muchas ganas de trabajar y no escatime en el tiempo que le dedica al centro. Podríamos pensar también si es necesario tener formación… pero a veces pueden más las ganas que la propia formación, aunque ambas son necesarias. Ahora, además, es más fácil tenerla puesto que hay muchos más cursos y se puede acceder a ellos con facilidad.
Montse: Estoy de acuerdo con Gracia. A veces pienso que más que un perfil, es necesario tener la voluntad de ser bibliotecario escolar. El perfil se puede tener o aprender. La actitud, la manifiesta disposición del ánimo de ser bibliotecario, para mí es imprescindible.
El perfil tendría que contemplar aspectos relacionados con la organización de la biblioteca y de su contenido, con la capacidad de relacionarse con la comunidad educativa y con lo que serían las TIC.
Gracia: Pero por mucha formación que se tenga son necesarios ingredientes “personales” como la ilusión, la convicción…
Miguel: Es cierto. Yo a veces digo que en lectura y en biblioteca, querer es poder. Porque el profesorado que quiere conseguir algo, acaba encontrando la forma de conseguirlo. La formación es importante, pero el entusiasmo es simplemente imprescindible.
Gracia: Miguel acaba de decir una palabra esencial: ENTUSIASMO. Sinceramente, creo que este es, por excelencia, el mejor antídoto contra cualquier enfermedad educativa. Con entusiasmo contagias las ganas de leer al alumnado, las ganas de trabajar al profesorado... Siempre recuerdo a una alumna que me repetía: es que gustándote tanto a ti este libro, es imposible que no me guste: ¡me contagias!
¿Cuáles son las competencias profesionales que debería tener un bibliotecario escolar?
Montse: ¡Muchas! Quizás demasiadas para el tiempo del que disponen.
Miguel: Sí, es cierto que hoy se pide tal vez demasiado al bibliotecario escolar y se le da poco tiempo. Probablemente sea un mal generalizado en la enseñanza a la que cada vez se hace responsable de más necesidades sociales.
Montse: Para mi las competencias imprescindibles y oficiales son las comunicativas, las relacionadas con todos los aspectos del aprender a aprender, las del tratamiento de la información y competencia digital, las sociales y ciudadanas y  las competencias de autonomía e iniciativa personal. Pienso que una bibliotecaria que sepa mucha gestión y no sea capaz de motivar a sus compañeros de trabajo para que entren en la biblioteca de vez en cuando... anota un pequeño fracaso en su historial.
Gracia: Creo que unas directrices mínimas son necesarias. Cursillos, formación básica, estar al día en las nuevas tecnologías, ser un buen lector, pero también saber trabajar en grupo y saber escuchar. Sin saber escuchar a los demás, sin aceptar otras propuestas e ideas… un bibliotecario no puede solventar ni acceder a todo el conocimiento él solo.
Miguel: Veo que dais en la diana: un bibliotecario no puede nunca estar solo y más que lo que sepa, necesita capacidad de liderazgo, organización y coordinación.
Muchos de los bibliotecarios escolares suelen ser grandes aficionados a la Literatura o incluso profesionales de este perfil docente: ¿puede ser ello perjudicial para una biblioteca como centro general?
Miguel : Yo creo que a veces este celo por lo literario ha inclinado el barco de la biblioteca excesivamente hacia la ficción. Y cuando digo excesivamente, no quiero decir que el fomento de la ficción no sea indispensable para la biblioteca y para la educación en general. Pero sí se echa de menos poner en valor la lectura de la prensa, los libros ensayísticos y en general los informativos así como los recursos no librarios. Tal vez por ello, en España es tan difícil encontrar bibliotecas escolares que se usen como centro de recursos para todas las asignaturas y no sólo para la literatura.
Montse : Pienso que no. Tienen, seguramente, más facilidad para contagiar el gusto por la lectura.
Gracia: Yo tampoco lo creo, al contrario. Lo que no significa que un docente de Matemáticas, por ejemplo, no sea el mejor bibliotecario del mundo. Pero el hecho de amar los libros y la Literatura es primordial, sin necesidad de ser docente de esta asignatura. No podemos confundir ser profesor de lengua y literatura con ser amante de la misma; puede haber profesores de  esta asignatura que lean poco, por ejemplo y que no estén dispuestos a hacer de la biblioteca escolar el motor de la escuela, algo que para la figura del bibliotecario escolar es primordial.
¿Debe ser el bibliotecario escolar un profesor o un bibliotecario titulado ajeno a la docencia?
Gracia: Otra de las grandes “peleas” es esta. Ambas pueden combinarse: un bibliotecario titulado ajeno a la docencia no haría un buen papel como dinamizador por no entender el mundo del alumnado; un profesor necesita horas para dedicarse a la biblioteca. Si no tiene horario suficiente no puede realizar actividades. Pero por otra parte el contacto con el alumnado es fundamental, no es bueno que deje de impartir clases para dedicarse sólo a la biblioteca.
Montse: Pienso que mejor un profesor o un maestro pero con una formación adecuada y que disponga de tiempo profesional para realizar su trabajo.
Miguel: Yo también creo que el modelo de profesor bibliotecario es el más adecuado. El problema es otro: la falta de formación inicial en el profesorado para afrontar este trabajo.
Gracia: Pero si en esa biblioteca hay un titulado para llevar la cuestión técnica sería de gran ayuda para que el dinamizador pueda centrarse más en su trabajo.
¿Qué peso debe tener en la formación la gestión y qué peso la dinamización?

Miguel: yo a veces me he quejado de una desproporción entre el afán de aprender a gestionar y la creencia de que dinamizar se hace de cualquier manera. Sin embargo, quizá sea al revés: a gestionar se aprende con rapidez y facilidad si se hace sosteniblemente, pero la dinamización es sin duda más costosa y siempre cambiante.
Gracia: Yo creo que la dinamización es fundamental. Porque lo que importa son los resultados con el alumnado.
Miguel: Sin duda eso es lo importante.
Montse: Aunque no se  cómo suena decirlo, pienso que casi el 50 por cien. Para que la biblioteca funcione tiene que estar bien gestionada. Hay demasiadas cosas a tener en cuenta y hace falta tenerlas claras para hacerlas correctamente.
¿Cuál podemos considerar que es hoy día el déficit formativo mayor que tienen en general los bibliotecarios escolares?
Miguel: Evidentemente hay todo tipo de profesionales, pero probablemente los mayores déficit se producen en la integración curricular de la biblioteca en el centro, probablemente porque no han tenido modelos de ello ni cuando fueron alumnos de primaria o secundaria, ni siquiera en la Universidad donde no vieron algo así, de manera que al llegar a la educación como profesionales siguen pensando en gran medida que la biblioteca es un centro para fomentar la lectura de novelas o cuentos y el conocimiento de escritores de ficción, que suele ser la imagen más difundida, la que han visto siempre.
Montse: No soy quién para contestar esta pregunta en términos generales, pero personalmente  pienso que  el déficit mayor está relacionado, aún,  con el uso de las TIC y con las competencias informacionales.
Miguel: Ese “aún” tiene aire de queja.
Gracia: La verdad es que no sabría decir cuál es el mayor déficit. Creo que en general hay cursillos (ahora menos) en los CEFORES y los hay on-line. Además existe una red de ayuda entre los bibliotecarios escolares: la cualidad que los define es, en general, la generosidad extrema, siempre dispuestos a ayudar a sus colegas novatos.
¿Por qué se propone generalmente la formación en red?
Gracia: La formación en red es más barata, está claro, y permite conectar con mucha gente de diversos lugares lejanos con los que sería casi imposible coincidir en un curso presencial.
Miguel: Cierto que es más barata y los gobiernos no se han distinguido en general por hacer grandes aportaciones a las bibliotecas escolares. Pero también obedece a una necesidad del bibliotecario escolar respecto a lo que dije anteriormente: fomenta el conocimiento de modelos. Creo que otro de los motivos es la falta de una formación inicial, algo que no necesitan los profesores o profesoras en sus especialidades didácticas porque la tuvieron en la universidad. Además, la misma amplitud de conocimiento que se demanda, de la que habéis hablado antes, necesita que se adquiera en equipo.
Montse: Pienso que es más cómodo. Si la formación en red contempla suficientes encuentros no virtuales en diversas bibliotecas escolares y prácticas reales con libros de papel, para mí puede estar bien. Mi experiencia de formación en red es positiva puesto que dedicas más tiempo al trabajo que a los quince minutos del café.
¿Qué facetas podemos considerar más importantes en la formación futura del bibliotecario escolar: TIC, fomento de la lectura, gestión…?
Montse: Para mi las TIC pueden ser un motor para el fomento de la lectura y una ayuda en la gestión.
Miguel: probablemente en las TIC es en lo que más se esté avanzando aunque con excesiva lentitud.
Gracia: Las TIC hoy en día son esenciales, por supuesto, pero no debemos olvidar que el fomento de la lectura es primordial. Sin una buena gestión no hay una buena biblioteca, pero creo que la lectura es la base de todo.
¿Es el bibliotecario escolar a su vez un formador en su centro?
Miguel: En Andalucía la normativa cita expresamente esta característica como una de sus funciones. Para mí es fundamental, además significa uno de los puntos de mira del futuro, porque la biblioteca escolar siempre se ha pensado como un servicio para el alumnado, y en mi opinión ha dejado demasiado de lado el servicio al profesorado, que debe ser mayor puesto que éste también lleva al anterior.
Gracia: Es difícil serlo, porque no todos los compañeros están dispuesto a dejarse asesorar, pero en cuanto a que debe ser la biblioteca un motor del centro sí lo es. Pero siempre desde el máximo respeto y la disposición a aprender de los compañeros.
Montse: En mi caso, parcialmente si, puesto que maestros, familias y personal no docente se han formado para poder prestar libros al alumnado. Durante los primeros tiempos del programa Puntedu se llevaron a cabo dos sesiones dedicadas a formar a los miembros del claustro como usuarios de la biblioteca.
¿Cuál sería la modalidad más exitosa para formar bibliotecarios escolares?
Montse: La que contemplara formación teórica y también practica en escuelas. Casi igual que los maestros.
Gracia: Siempre hay que combinar. Contar con las experiencias de otras personas es fundamental. Los encuentros de bibliotecarios escolares para escuchar a tus compañeros, que sabes que tienen más o menos tus mismas dificultades ayudan en gran medida.
Miguel: Pues ya lo habéis dicho: una formación sólida con un acompañamiento tutorado de quienes tienen la experiencia y naturalmente diverso en cuanto a las variadísimas competencias profesionales que necesita el bibliotecario escolar del futuro tanto en los aspectos tecnológicos como humanos, sociales y pedagógicos. Pero también una formación inicial inexistente hoy día que presentara modelos de uso de la biblioteca escolar como centro de recursos en la universidad, en el prácticum y en el máster.

martes, 5 de junio de 2012

Certificación de créditos de formación


Del listado de participantes en el SEMINARIO DE BIBLIOTECAS EN RED 2011-12 todas aquellas que están en negrita tienen derecho a certificación de los créditos correspondientes de formación. Poneros en contacto conmigo o con la Unidad de Formación para recoger el certificado.

  1. ABELLÁN BALLESTEROS, MARÍA DEL MAR
  2. ALCARRIA FABUEL, TRINIDAD
  3. ALFARO SÁNCHEZ, JOSEFA
  4. BARBERO RIVERA, Mª INÉS
  5. DE LA HOZ GONZÁLEZ, GERMÁN
  6. DE LA PRIDA TOLEDO, LOLA
  7. ESCUDERO RODRÍGUEZ, TRINIDAD
  8. GARCÍA NAVARRO, MILAGROS
  9. GARCÍA NAVARRO, YOLANDA
  10. GARCÍA SAN ESTEBAN, GEMMA
  11. GARRIGÓS SIMÓN, NOELIA
  12. GÓMEZ BONAL, NICOLÁS
  13. HERRÁIZ PICAZO, MARÍA JOSÉ
  14. IGLESIAS ESTRADA, PATRICIA
  15. LEAL SCASSO, EVA
  16. LIZÁN GARCIA, M. FUENCISLA
  17. LOPEZ NIETO, FUENSANTA
  18. MARTÍNEZ ALFARO, M LUISA
  19. MARTÍNEZ ARNEDO, ISABEL
  20. MARTÍNEZ CANO, MARÍA ESTHER
  21. MOLINA ALFARO, MANUEL
  22. MORENO BALLESTEROS, BEGOÑA
  23. MORENO CARRILERO, MARÍA
  24. NIETO IÑIGUEZ, FRANCISCO J.
  25. PARRA LÓPEZ, Mª FRANCISCA
  26. PLAZA NAVARRO, EVA MARÍA
  27. PUENTE TORRES, Mª LUISA
  28. QUINTANILLA QUINTANILLA, MARÍA JOSÉ
  29. RAMÍREZ COLLADO, Mª DEL SEÑOR
  30. RISCOS MOYA, MARIBEL
  31. ROLDAN MERENCIANO, Mª SOLEDAD
  32. RUIZ BERNABÉ, Mª PILAR
  33. SÁNCHEZ GIMÉNEZ, ENRIQUE
  34. SÁNCHEZ CASTILLO, CARMEN
  35. SÁNCHEZ GABALDÓN, TERESA
  36. TORRENTE MORENO, M. PILAR
  37. GARRIDO ARGANDOÑA, JOSÉ MANUEL